Elegir bien la residencia no solo garantiza calidad de vida, sino también el bienestar emocional y la felicidad del residente.
Elegir la mejor residencia para personas mayores es un paso fundamental para garantizar que nuestro ser querido reciba la atención adecuada en todas sus necesidades. Las residencias son un recurso digno y eficaz, pero es completamente normal que surjan dudas y temores al tomar la decisión de elegir la mejor residencia, especialmente cuando buscamos el lugar perfecto para una persona a la que no podemos atender como lo requiere. Nos enfrentamos a la incertidumbre sobre cómo seleccionar la mejor opción, qué aspectos son los más importantes y qué detalles pueden influir en nuestra decisión.
Desde Lares Navarra, queremos ayudarte a tomar esta importante decisión ofreciendo en este artículo algunas claves esenciales para que puedas afrontar la elección de residencia con confianza, sabiendo en qué aspectos debes fijarte para asegurar el bienestar y la calidad de vida de tu ser querido.

Elección de residencia: Factores clave a tener en cuenta al elegir la residencia ideal para tu ser querido.
1. Accesible y confortable
Lo primero que nos salta a la vista es el mismo lugar y su entorno. Debemos de pensar en cómo va a desenvolverse en ese lugar la persona para la que buscamos la residencia y no solo ahora sino también en el futuro. Debemos de ser especialmente sensibles a las posibles barreras arquitectónicas que dificulten esa movilidad, por lo que apostaremos por espacios amplios, accesibles y con una buena iluminación.
Es muy importante que los aseos y duchas sean accesibles y adaptados para personas con movilidad reducida. Puede que ahora no sea necesario, pero no podemos descartar nada de cara al futuro.
Confort, luminosidad, distribuciones armoniosas y privacidad son algunas de las características que debemos observar en el espacio destinado a los residentes.
En todos los espacios de la residencia, pero especialmente en aquellos de uso privado como el dormitorio, buscaremos el confort y las distribuciones armoniosas. No sólo eso, debemos procurar un espacio privado y seguro para que nuestro ser querido se sienta cómodo en todo momento.
2. Atención sanitaria
Incluso si nuestro ser querido goza de perfecta salud tanto física como mental, uno de los puntos más importantes a la hora de elegir una residencia es el de la atención sociosanitaria. Nos interesa que el centro cuente con un equipo humano que abarque la mayor parte de las disciplinas asistenciales: por supuesto, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería y enfermeras son imprescindibles para garantizar un día a día tranquilo, pero es bueno que la residencia cuente con atención médica -en su caso con especialistas en geriatría- y atención psicológica. No podemos olvidar tampoco el acceso a especialistas para dolencias comunes como son los fisioterapeutas o los podólogos.
3. Alimentación y nutrición
Otra de las patas sobre las que construimos la felicidad es la comida. La residencia elegida debe proporcionar menús variados y atractivos y, por supuesto, menús supervisados por nutricionistas que nos garanticen una alimentación sana y equilibrada. Será bueno que el usuario pueda elegir entre diferentes opciones y será imprescindible que el centro tenga la capacidad de adaptar su oferta a las necesidades dietéticas de cada residente.
4. El ambiente
Todos tenemos en la cabeza una cierta idea de hogar. Y eso es lo que estamos buscando: un lugar cálido y acogedor donde el residente se sienta en casa, porque eso es lo que va a ser la residencia en adelante: su casa. Hay varios factores que van a ayudar a que el residente se sienta como en casa: un buen clima entre empleados y residentes, el trato correcto y cercano.
Un buen clima entre empleados y residentes, actividades recreativas, lúdicas y sociales favorecen no sólo la integración sino el bienestar emocional del residente.
Pero no se trata solamente de respeto y atención. El sitio debe contar con los atractivos suficientes como para que merezca la pena vivir allí. Una oferta de actividades sociales y recreativas suficiente hará mucho mas llevadera la integración y, sobre todo, beneficiará al bienestar emocional de los residentes. Mantenerse ocupado, participar en talleres, excursiones, en actividades grupales y creativas, facilita la formación de vínculos y mantiene activa la mente.
Contar con personal preparado para el desarrollo de actividades de tiempo libre y terapia ocupacional nos garantizará que este aspecto esté bien cuidado.

5. La ubicación
Es muy importante que nuestro ser querido siga sintiéndose parte de la sociedad: la residencia no es un ‘aparcamiento’ para personas ni supone que el usuario se ‘borra’ de la vida. Es por eso que lo ideal es que este nuevo hogar no suponga un desarraigo y se encuentre cerca de donde ha vivido hasta la fecha, dentro de su entorno social ‘natural’ y en proximidad con sus familiares y amigos.
Permanecer en el entorno social donde se ha vivido, cerca de los amigos y la familia, permite al residente sentirse un miembro activo de la sociedad
Es bueno que en sus inmediaciones se puedan encontrar servicios básicos, como tiendas, espacios de ocio, centros de salud. Y es bueno que en ese entorno la persona tenga la oportunidad de participar en actividades recreativas y sociales.
6. Precio
Esta es uno de los factores que más puede preocupar: el precio de un servicio de estas características. Lo cierto es que conviene comparar y estudiar bien este apartado. Las residencias pueden tener distintos modelos de gestión económica y nos podemos encontrar una oferta que va desde las plazas públicas a las totalmente privadas pasando por las plazas concertadas con distintas administraciones. También nos podemos encontrar disparidad de precios según la propia naturaleza de la residencia o de circunstancias como su ubicación. Ante cualquier duda, merece la pena informarse bien acudiendo a las propias residencias y dejándose aconsejar por los Servicios Sociales tanto de nuestro municipio como de la Comunidad Autónoma. Para entender mejor cómo puede variar el precio, te recomendamos leer nuestro artículo sobre las cinco claves de cuánto cuesta vivir en una residencia en Navarra.
7. Certificaciones y calidad del centro
Una manera de verificar que se cumplen algunos de los estándares de calidad que esperamos es fijándose en los distintos certificados que nos ofrece el centro y en que en sus instalaciones se cumpla con las normativas vigentes. Las empresas que se encargan de otorgar estos certificados ya asumen la responsabilidad de verificar su cumplimiento.

Conclusión: la dignidad ni se compra ni se vende, es una sencilla cuestión de valores
Todos estos aspectos sin duda nos van a orientar a acertar con nuestra decisión. No obstante, hay un factor que los resume por completo: saber cuál es el espíritu que guía el trabajo de las personas a las que encomendamos el cuidado de nuestro ser querido. Basta con que nos fijemos en los valores que inspiran el servicio y la atención que se presta en la residencia elegida, para saber qué podemos esperar de ella. Evidentemente no es lo mismo un centro que presta el servicio con un afán pecuniario y lucrativo, a otro en el que el residente es el eje vertebrador de cualquier intervención.
Una atención centrada en la persona, como la que practicamos en Lares Navarra, va a estar orientada en mantener la independencia del residente, en velar por su dignidad, respetar su vida y su derecho a dirigirla hasta el final, sin descuidar los cuidados y atención se requiera para conseguirlo. Esta puede ser la gran diferencia y la razón que determine una elección acertada.